Hombres y mujeres son diferentes biológica, emocional y psicológicamente. Estas diferencias se extienden a la forma en que el cuerpo de hombres y mujeres reaccionan ante la ingesta de sustancias adictivas y a los motivos por los que las consumen.

Pero las diferencias entres hombre y mujeres van más allá, la sociedad juega un papel importante en cómo unos y otros se comportan y reaccionan ante la misma situación. Puede ser justo o injusto, pero no se puede ignorar la importancia de los roles sociales que son aprendidos desde pequeños.

Factor Biológico

Aún cuando los hombres abusan de las drogas a edades más tempranas y, lo hacen de mayor cantidad de droga que las mujeres, una vez que la mujer empieza a consumir drogas se vuelve adicta a una mayor velocidad, este fenómeno se llama “telescoping”. De igual manera son más propensas a recaer una vez que entran en recuperación y sufren mayores consecuencias en su salud, estatus, relaciones financieras y laborales.

Las mujeres adictas consumen droga con más frecuencia que los hombres, de alguna manera parece que están programadas para desarrollar una adicción mas fuerte que la de los hombres y la biología parece ser que es la responsable.

Hay numerosas investigaciones sobre la influencia de los estrógenos en el refuerzo de la adicción. Investigaciones realizadas con ratas en laboratorio sugieren que las hembras son más propensas a consumir droga que los machos y que detrás de este hecho están los estrógenos. Los estrógenos despiertan a los receptores de las drogas en el cerebro y cuando estos receptores están activos transmiten señales profundas y rápidas de placer. El cerebro las registra y busca conseguir ese placer nuevamente. Si los estrógenos permiten al cuerpo de la mujer sentir mayores niveles de placer ésta tenderá a desarrollar con más facilidad la enfermedad de la adicción y de igual forma tendrá más cravings (deseo de consumo) haciéndole más difícil entrar en recuperación.

Adicionalmente, las hormonas del ciclo de menstruación (y las diferentes fases del mismo) pueden ayudar a que desarrolle adicción a las drogas e igualmente hacer que le sea más difícil dejar de consumirlas. En los estudios realizados las mujeres tienen una mayor respuesta a la cocaína durante la primera mitad del ciclo (estradiol) que durante la segunda (progesterona).

El estradiol tiene una relación indirecta en la liberación de la dopamina, el neurotransmisor que provoca el efecto reforzante de las drogas, y que es mayor en las mujeres por lo que las mujeres se acuerdan más del placer que les provocan las drogas, debido a que su nivel de dopamina es mayor que en los hombres.

Respecto al alcohol, las mujeres son más vulnerables que los hombres a su consumo porque sus efectos son mayores, esto es debido al proceso de metabolización del alcohol, las mujeres presentan menos enzimas deshidrogenazas que ayudan a procesar el alcohol por eso a cantidades iguales de alcohol en hombres y mujeres, ellas se embriagan más rápido.

El alcohol también afecta de manera distinta al organismo femenino porque está peor equipado para metabolizar el alcohol debido a una mayor proporción de grasa y menor proporción acuosa. Se produce una alcoholemia más elevada tras una ingesta similar a la del hombre, lo que resulta más lesiva.

Como consecuencia de la peor metabolización del alcohol la mujer es más susceptible de tener cirrosis y hepatitis que el hombre.

Otro aspecto que influye es el menor tamaño de la mujer, la misma cantidad de droga en un cuerpo más pequeño resulta más nociva. Las dosis de los medicamentos se prescriben según el peso de la persona.

Factor psicológico

Los trastornos más frecuente en la mujer son los de ansiedad, del estado de ánimo (sobre todo del tipo depresivo) seguidos a cierta distancia de los trastornos adaptativos.

La depresión es diagnostica en el doble de mujeres que de hombres. La medicación prescrita de tranquilizantes, los ansiolíticos y el alcohol son las drogas más utilizadas por las personas que sufren de desórdenes del estado de ánimo y de ansiedad.

El consumo de benzodiacepinas recetadas por los médicos se ha disparado entre las mujeres. Los medicamentos prescritos dan la sensación de que, al ser legales, no son nocivos para la salud y crean la falsa ilusión de que no son drogodependientes.

Factor Social

El hombre está educado para arriesgar, hacer cosas inusuales y actuar impulsivamente y es fácil ver cómo estas características están detrás de experimentar con las drogas. También se les enseña a ser competitivos lo que les lleva arriesgar más, tener comportamientos dañinos y beber excesivamente para demostrar su virilidad.

La mujer está educada para ser cuidadora (madre y esposa) convirtiéndose en co-dependiente de sus hijos y parejas. Muchas mujeres son iniciadas en el consumo (especialmente de heroína) por sus parejas consumidoras. La vinculación afectiva que crean con la pareja les lleva a querer salvarlos o destruirse con ellos.

El hombre domina el espacio público y la mujer el privado, hecho que también se refleja en el tipo de droga elegida por unos y otras, el hombre consume preferiblemente alcohol y droga ilegales mientras que la mujer consume alcohol en la soledad de la casa o benzodiacepinas que pueden consumir mientras realizan sus rutinas diarias y que además no son estigmatizadas por su consumo al haber sido recetadas por el médico.

Los roles están cambiando y si anteriormente, el hecho mismo de ser mujer era un factor que protegía a éstas frente al consumo de drogas (se las estigmatiza al considerarlas malas madres, malas hijas, malas esposas cuando consumen). La asunción de los roles asignados (de madre y esposa) les apartaban del consumo de sustancias legales e ilegales. Hoy en día, y por la evolución macrosocial que también afecta a valores, sentimientos y conductas de cualquier persona, las mujeres presentan una tasas alarmantes en la experimentación con determinadas sustancias, hasta el punto de afirmar que, hoy por hoy, ser mujer se ha convertido en un factor de riesgo para la experimentación con determinadas sustancias.

Resumen